No quiero nada, nada más que no me dejes, frente a frente, con la vida. Me moriré si me dejás por que sin vos no he de saber vivir.
Y no te pido más que eso, que no me dejes sucumbir, te lo suplico por Dios no me quites el calor de tu cariño y tus besos, que, si me falta la luz de tu mirar, que es mi sol, será mi vida una cruz.
Cuánta nieve habrá en mi vida sin el fuego de tus ojos! Y mi alma, ya perdida, sangrando por la herida, se dejará morir, y en la cruz de mis anhelos llenaré de brumas mi alma, morirá el azul del cielo, sobre mi desvelo viéndote partir.
No quiero nada, nada más que la mentira de tu amor, como limosna. ¿Qué voy a hacer si me dejás con el vacío de mi decepción? No te vayas te lo ruego, no destroces mi corazón, si no lo hacés por amor hacelo por compasión pero por Dios no me dejés jamás te molestaré, seré una sombra a tus pies, tirada en algún rincón.