Viajamos persiguiendo una ilusión, la fe y la esperanza nos faltó supimos resignarnos al dolor y de vivir sin odio ni rencor.
Viajamos sin querernos detener, Ansiosos de llegar, al fin queda la dicha de saberse amar.
Asidos de la mano y con la cara al sol, nos fuimos compartiendo placeres y dolor, pero al llegar la tarde trajo el hastío, y sueltos de la mano se escapó
Si acaso me llamaras por amor o apenas sospechara en dónde estás, luchando contra el mundo y viendo a Dios, iría tras el eco de tu voz. Abriría mis brazos como cruz, mostrando el corazón, te daría mi vida en besos de amor.
Asidos de la mano, volvamos cara al sol, Luchando y compartiendo placeres y dolor y aunque venga la tarde, y caiga la noche. El sol de mi esperanza lo tendré en tu amor.