¿Quién fue el raro bicho que te ha dicho, che pebete que pasó el tiempo del firulete? Por más que ronquen los merengues y las congas siempre fue tiempo para milonga. Vos dejá nomás que algún chabón chamuye al cuete y sacudile tu firulete, que desde el cerebro al alma la milonga lo bordó. Es el compás criollo y se acabó.
Pero escuchá, fijate bien, prestale mucha atención y ahora batí si hay algo igual a este compás compadrón. Batí, por Dios, si este compás repicadito y dulzón te burbujea en la piel y te hace mas querendón. Pero escuchá... fijate bien, prestale mucha atención. Y ahora batí si este compás no es un clavel reventón; es el clavel, es el balcón, es el percal, el arrabal, el callejón, y es el loco firulete de algún viejo metejón.