Que difícil la ecuación de nuestras vidas cuantas veces caminamos de puntillas dos ciegos sin luz, mirando al amor dañándonos tal vez sin darnos cuenta nos bebimos de una vez las palabras y la piel fue creciendo el corazón como el tiempo en los zapatos que se olvidan desgastados.
Cuantas veces remendamos las heridas cuantas veces reinventamos las salidas y allí estabas tú y allí estabas tú luchando sin temor, sin condiciones. Y aquella canción que cruzó el corazón entre las calles de tu risa y la placita de mis sueños lo intento cada día, he vuelto vida mía...
Dándolo todo, tú llámame locopero aquí me tienes hoy después de todo he vuelto de nuevo a este mundo de lobos para abrazarte y decirte de un grito que este amor no se ha roto. Tu llámame loco, pero aquí me tienes apostando todo donde dejé tu mirar, y es que al fin he podido volver a la orilla de tu alma... a la orilla de tu alma. Voy de frente desnudando mi alegría recorriendo lentamente tu carita un rayo de luz que alumbra a los dos llenándonos de besos y caricias. Y aquella canción que cruzó el corazón entre las calles de tu risa y la placita de mis sueños lo intento cada día, he vuelto vida mía...
Dándolo todo, tú llámame loco pero aquí me tienes hoy después de todo he vuelto de nuevo a este mundo de lobos para abrazarte y decirte de un grito que este amor no se ha roto. Tu llámame loco, pero aquí me tienes apostando todo donde dejé tu mirar, y es que al fin he podido volver a la orilla de tu alma...
Dándolo todo, tú llámame loco pero aquí me tienes hoy después de todo he vuelto de nuevo a este mundo de lobos para abrazarte y decirte de un grito que este amor no se ha roto. Tú llámame loco, pero aquí me tienes apostando todo donde deje tu mirar, y es que al fin he podido volver he podido volver... a la orilla de tu alma.