Sigo buscando por doquier a la chica que me sacó a bailar ayer, ésa que al final del día despertó el talento que guardaban mis pies y la guardo en la memoria como se guarda la primera novia la he puesto en mi testamento.
No sé tu nombre, sólo sé tu número de pie que me basta para saber, que quiero volverte a ver.
No la encontré en aquel pub en el cual me sacó a bailar, sé que bailamos una canción de Serrat, pero ahora no sabría decir cual. Y la recuerdo hasta en la sopa y a veces creo que mi mente se trastoca al recordar su cara.
No sé tu nombre, solo sé tu número de pie que me basta para saber, que quiero volverte a ver.
No hubo suerte en las aceras en las cuales me enseñó algunos pasos los dos juntitos si es un tango, siempre nos besábamos en las lentas. Ni la mente ni la memoria ni la sopa ni la primera novia me harán cambiar de parecer.
No sé tu nombre, sólo sé tu número de pie que me basta para saber, que quiero volverte a ver.