No te vistas, papacito, no te vistas, que no van. Tú fuiste malo conmigo, y contigo con quiero na’.
Por eso...
Dale, échate pa’ allá, que contigo no quiero na’. Dale, no me busques más, que contigo no quiero na’.
Que te arrolle un carro, que te pise un tren. Siete metros bajo tierra donde yo te quiero ver.
Así que, dale, fuera, no te enojes, eres muy mala gente para que yo te perdone. Ya no creo en tu palabra ni en tu carita de monje, no importa maquillarme que los perros no se compren. El papel de iguacú es el que a ti te corresponde, lo que tu me hiciste no tiene perdón, no tiene nombre. Así que, escucha, y préstame atención y no te asombres, debo apretar mi falda, porque tú no eres un hombre.
Dale, échate pa’ allá, que contigo no quiero na’. Dale, no me busques más, que contigo no quiero na’.
Por infiel, por puto y por cruel, mi amor lo vas a perder. Voy a hacer que tú sufras por él, y jamás lo vas a tener. Y porque, Anatel, yo regreso contigo, porque tú fuiste muy malo conmigo. Estaba durmiendo yo con el enemigo, a nadie le deseo lo que contigo he vivido. Aquí no hay sorpresas, sino sorprendidos, para qué intentarlo, si es de caso perdido. Yo le pediré a Dios que te dé tu castigo por perro hijo de puta y bandido.
Dale, échate pa’ allá, que contigo no quiero na’. Dale, no me busques más, que contigo no quiero na’.
Dale, que hacer daño es lo que sabes, voy a pedirle a Dios pa’ que tú me la pagues. Eres el maestro del engaño y de la tiranía, acabastes con los sueños y con la vida mía. Eras el peor de los amantes de una porquería, voy a sacarte del camino y, también, de mis días, Yo lo sabía, todo el mundo me lo decía, que no hay más que tus desengaños de toda la vida.
Dale, échate pa’ allá, que contigo no quiero na’. Dale, no me busques más, que contigo no quiero na’.