Hoy cumple tres años, la herida de mi costado. La sangre ha cicatrizado, el recuerdo de aquel día quedó grabado por un calibre del dieciséis. Sólo, sólo esta vez sin testigos ni cómplices. Pensar que no me están apuntando pistoleros escondidos en el tejado ó entre las sillas del Salón.
Al sol, no tengo miedo a tus balas. Cara, cara al sol. Mirada contra mirada, duelo al sol. Al sol, en aquel lugar, en aquel lugar. Al sol, no tengo miedo a tus balas.
Duelo al sol.
El juez condena mi acto, se alegra el enterrador. La ley no está de mi lado pero se que el buen dios guiará mi mano en el momento de disparar. En la calle nadie habla, todos esperan la primera descarga.
Algunos pasos hacia el frente separan la vida de la muerte.