Cuando te vi, Con ese traje raro, te seguí. Haciendo como que no, Nunca dejé de hacerlo, Hasta morir de envidia y de celos, He de reconocerlo: es así.
Qué sabes tú Si siempre te salió todo al querer. Y en mi mundo al revés Eras castigo y también virtud. Y hasta tus horas muertas Me hacían resucitar. Yo siempre fui el principio del final.
Este lugar, que es tan hostil, Es para ti un hogar. Tu maldito disfraz, Era para mí algo especial. Aún te echo de menos, Y tú a mí de más, De mucho más.
Qué sabes tú, Si siempre te salió todo al querer. Y en mi mundo al revés, Eras castigo y también virtud. Y hasta tus horas muertas, Me hacían resucitar.
Qué sabes tú, De tener que fingir que todo marcha bien No poder deshacer, El nudo en la garganta, Y aceptar, que aún te echo de menos Y tú a mí de más. Yo siempre fui el principio del final.