a)-Hola, Pepa. ¿Cómo estás? -Bien, aquí, en casa. -¿Qué piensas hacer hoy? -¡Uy! Tengo muchas cosas que hacer. Primero voy a arreglar la casa, luego voy a salir a comprar algo, porque no tengo nada para comer. Después voy a sacar al perro, recoger a los niños del colegio... -¡Vaya! Hoy no paras, ¿no? ¿Por qué no salimos a cenar juntos? Conozco un restaurante cerca de tu casa que está muy bien. -Me parece una buena idea. -Estupendo. Voy a buscarte por la noche. -Vale. Hasta luego. Hasta ahora. b)-¿Qué podemos hacer hoy? ¿Tienes alguna idea? -No, no tengo ninguna. Espera, déjame pensar... ¿Y si salimos a bailar? -No, ya sabes que no me gustan las discotecas. Hay mucho ruido, mucho humo y no se puede hablar tranquilamente. -¿Vamos entonces a cenar a algún restaurante? -Hoy es sábado y todo el mundo sale a cenar fuera. Si no tenemos ninguna mesa reservada, seguro que no encontramos sitio en ningún lado. ¿Por qué no vamos a ver a Pepe y a Luisa? -¡Buena idea! Voy a llamarlos ahora mismo para ver si están en casa. c)-Hola, Luisa, soy yo, Carlos. ¿Qué vais a hacer esta noche? -Es que mañana tenemos un examen y nos vamos a quedar en casa para prepararlo. ¿Y vosotros? -Por ahora no pensamos hacer nada. -Entonces, podéis venir y tomamos algo juntos, ¿eh? -Pero, ¿no tenéis que estudiar? No queremos molestar. -Vosotros nunca molestáis, además, hay que descansar de vez en cuando, ¿no? -¡Claro que sí! Entonces, hasta ahora. d)-¿Cuándo nos vemos? ¿El lunes? -No, los lunes estudio. -Entonces, ¿el martes? -No, los martes voy a la piscina. -¿Y el miércoles? -Imposible. Los miércoles por la tarde tengo clases de baile. -Vaya, hombre, estás más ocupado que el rey. e) — ¿Qué piensas hacer hoy? — Pues, nada especial. — Entonces, ¿salimos? — Muy bien. ¿A qué hora te va bien? — A las nueve y media. — Estupendo. Voy a buscarte a las nueve y media.