Pocos saben lo que al este ha sucedido. Se venden sueÒos y ritos, sin crimen ni castigo. En el templo del placer y la codicia, los mercaderes venden un tesoro muy antiguo.
A todos cambia, a todos quema, a todos calla, la flor de Bagdad. A todos cambia, a todos quema, a todos calla, la flor de Bagdad.
Dentro el sueÒo se convierte en pesadilla, y al despertar desierto eres presa de rapiÒa. Si el perfume de la magia te seduce, o el aroma de lo incierto llama, no hagas caso.
A todos cambia, a todos quema, a todos calla, la flor de Bagdad. A todos cambia, a todos quema, a todos calla, la flor de Bagdad.
A todos cambia, a todos quema, a todos calla, la flor de Bagdad. A todos cambia, a todos quema, a todos calla, la flor de Bagdad.