Esta es una canción dedicada a todas la bichas wiyas que te piden carrito, salidas, viajecitos y vos ¿y de dónde?
Joselo el negro feyo que vende huevos en la esquina se enamoró, de Marta, la bicha wiya, cuerpo de sandía y él la veía angelical, y entonces llegado el día en que estaría el muy malía cerquita de ella, le dijo cosas bonitas, mi colochita, yo sólo quiero vamos a a bailar.
Ella le vio un montón de espinillas, y se acordó lo que su madre le decía que no traigas monos feos, que no seremos sus suegros, mucho menos sin dinero. Ella le vio un montón de espinillas y se acordó lo que su madre le decía que no traigas monos feos, que no seremos sus suegros, mucho menos sin dinero.
Entonces la desdichada cara de higuana puso una cara de vomitar, le dijo vos sos muy feyo, vos me das meyo, yo no te queyo ni para hablar Entonces pasado el tiempo el negro feyo se lo propuso no se rindió y luego las desdichada sin más remedio por el negrito se decidió.
Ella quería viajes a Suiza y le pedía dinerito en la alcancía, que ni ropa se compraba, por lo tanto que la amaba y todo se lo dio. Ella quería viajes a Suiza y le pedía dinerito en la alcancía, que ni ropa se compraba, por lo tanto que la amaba y todo se lo dio.
Resulta que al año y medio la desgraciada de la gordita lo abandonó, y el negro lloró dos mares y siete ríos por la maldita desolación. La wiya cuerpo sandía halló a otro novio con dinerito, se lo enganchó, y el día el mero día del matrimonio los zapatitos se quitó.
A ella le apestaban las patas, ella ni la boquita se enjuagaba, y el negro lo ignoraba, por lo tanto que la amaba y el otro la dejó. A ella le apestaban las patas, ella ni la boquita se enjuagaba, y el negro lo ignoraba, por lo tanto que la amaba y el otro la dejó.
Le apestaban, le apestaban, le apestaban las dos patas Le apestaban, le apestaban, le apestaban las dos patas Le apestaban, le apestaban, le apestaban las dos patas Le apestaban, le apestaban, le apestaban las dos patas