Salí de casa a toda velocidad, sacando de las fauces de mi perro un gato. Si a sus dueños les da por llegar y ven a su mascota así les da un infarto.
Aquel viejo felino, compañero fiel, de mis guiris vecinos su mejor plantel, mira que lo avisaron, ¡please keep out your dog! y ahora que lo ha trincado, ¡a ver que digo yo!
¡Vaya, vaya, vaya embolao en que nos vimos!
Nos pusimos todos a limpiar las huellas que nos delataban en un baño. Lavado, como era habitual, con su pelo brillante y ese horrendo lazo.
Con sus mejores galas de nuevo al hogar en el balancín del patio le llegó el final. Ya era un gato viejo, murió por la edad, ¡la excusa perfecta para no pringar!
Al anochecer se montó el percal, entre gritos de ansiedad despertó el vecindario. Tampoco es para tanto, montar ese show, aparentando preocupación nos acercamos.
Con gestos desgarrados aquella mujer nos dijo que a aquel gato lo enterró ayer. el perro un agujero excavó después, ¡y un gato fantasma han creído ver!