Cómo gasto papeles recordándote, cómo me haces hablar en el silencio, cómo no te me quitas de las ganas aunque nadie me ve nunca contigo. Y cómo pasa el tiempo que de pronto son años sin pasar tú por mí, detenida. (1)
Te doy una canción si abro una puerta (2) y de las sombras sales tú. Te doy una canción de madrugada, cuando más quiero tu luz. (3) Te doy una canción cuando apareces el misterio del amor, y si no lo apareces no me importa: yo te doy una canción.
Si miro un poco afuera me detengo: la ciudad se derrumba y yo cantando, la gente que me odia y que me quiere no me va a perdonar que me distraiga. Creen que lo digo todo, que me juego la vida, porque no te conocen ni te sienten.
Te doy una canción y hago un discurso sobre mi derecho a hablar. Te doy una canción con mis dos manos, con las mismas de matar. Te doy una canción y digo: “Patria”, y sigo hablando para ti. Te doy una canción como un disparo, como un libro, una palabra, una guerrilla: como doy el amor.