Una vida de errores y malentendidos, de golpes y regaños, frustraciones e insultos, maquilladas como la coronación de una reina, la cicatriz de un adicto. Buscando migajas en el plato del olvido, en una mesa de recuerdos, respiración sin olvido. Heridas infligadas con el afán de hacer sentir toda la mierda. Mi curepo se está pudriendo, por el maltrato que ha recibido, miles de cicatrices que nunca sanan. Solo me queda esperar el momento que una venganza llegue que partirá el corazón de la bestia en dos.