Vamos a morir, nuestros tejidos se desgastan y en un par de telediarios dejaremos de existir.
Vamos a morir, nuestros cuerpos dicen ¡basta! No hay un solo corazón que no se harte de latir.
El barquero Caronte amablemente te invita a abandonar ésta, que ya es la orilla equivocada. Mientras cruzas el río te preguntas qué habra en el otro lado, por ejemplo: ¡absolutamente nada!
Vamos a morir, rematemos sin demora los restantes episodios de este absurdo devenir.
Vamos a morir, alcancemos cuanto antes las ridículas quimeras que quisimos perseguir.
Es un chiste malísimo, la muerte no quisieras acabar en una caja, pero el furgol es así. Te vas a ir de viaje, desnudo y sin maletas, porque no puedes llevar ¡absolutamente nada!
Vamos a cascarla-la vamos a cascarla-la vamos a cascarla-la, ye, ye, ye yeah. Vamos a cascarla-la vamos a cascarla-la vamos a cascarla-la, ye, ye, ye yeah.
Vamos a morir, resuelve tus asuntos, pues quién sabe si mañana ya no estarás aquí.
Vamos a morir, si te sientes atraído por los peces de colores, ay, no los dejes ir.
En esta nueva etapa es posible que trabajes como torso en películas de zombis de las malas.
O quizá de fantasma en un castillo abandonado en el que nunca suceda ¡absolutamente nada!
Vamos a cascarla-la vamos a cascarla-la vamos a cascarla-la, ye, ye, ye yeah. Vamos a cascarla-la vamos a cascarla-la vamos a cascarla-la, ye, ye, ye yeah.
Vamos a ir poniéndonos todos en fila india, porque vamos a cascarla-la ye, ye, ye, yeah (Vamos a cascarla-la vamos a cascarla-la vamos a cascarla-la, ye, ye, ye yeeh).