Un día tras otro, y caen las hojas otoño en la estación, tu mujer no te recibe saludando a camaradas que vieron la batalla te mueves por las calles lentamente...
Sentirse desgraciado teniendo dos batallas, luchaste con honor y el corazón herido...
Volver del desierto y sentirse aún más sólo, ver el bar de la esquina y la iglesia por los suelos, hay un entorno hostil, ni siquiera una palabra, y algunos que te miran quieren tu cabeza.
Y los ojos de una dama te miran piadosos, en el rostro un poco arisco de quien pasa de los veinte.
Porque te jugaste tus años luchando con la muerte, cada día, cada instante apostaste a la suerte, defendiendo una idea, un honor pisoteado, por quien traicionó a la lucha jamás sea perdonado!!!
Siguen mirándote detrás, de la oscuridad de las puertas
aunque han vencido tienen miedo, son cobardes sin nombre, porque ahora las emboscadas quemaron tu mundo, les recuerdas todavía sueños que no serán olvidados.
Te llevaste muy deprisa, con tu primavera, aquellos años no maduros serán tu camisa negra... Mañana, mañana, debes volver a empezar para demostrarle al mundo lo que es una gran verdad...
Y eso que tu hijo ahora reclama la herencia, tú te la jugaste entonces el orgullo te venció.
Te llevaste muy deprisa, con tu primavera, aquellos años no maduros serán tu camisa negra... Mañana, mañana, debes volver a empezar para demostrarle al mundo lo que es una gran verdad.