I Nadie en el Tercio sabía, quién era aquel legionario, tan audaz y temerario, que a la Legión se alistó. Nadie sabía su historia, más la Legión suponía, que un gran dolor le mordía, como un lobo el corazón, más si alguno quién era le preguntaba, con dolor y rudeza le contestaba:
Estribillo Soy un hombre a quién la suerte, hirió con zarpa de fiera, soy un novio de la muerte que va a unirse en lazo fuerte con tal leal compañera.
II Cuando más rudo era el fuego, y la pelea más fiera, defendiéndo a su Bandera, el legionario avanzó. Y sin temor al empuje, del enemigo exaltado, supo morir como un bravo, y la Enseña rescató. Y al regar con su sangre la tierra ardiente, murmuró el legionario con voz doliente:
Estribillo Soy un hombre a quién la suerte, hirió con zarpa de fiera, soy un novio de la muerte que va a unirse en lazo fuerte con tal leal compañera.
III Cuando al fin le recogieron, entre su pecho encontraron, una carta y un retrato, de una divina mujer. Y aquella carta decía, si algún día Dios te llama, para tí un puesto reclama, que a buscarte pronto iré. Y en el último beso que le enviaba, su postrer despedida le consagraba:
Estribillo Por ir a tu lado a verte, mi más leal compañera, me hice novio de la muerte, la estreché con lazo fuerte, y su amor fué mi Bandera