Cuentan que hubo una barca que navegaba hasta Sevilla. Dicen que día tras día cruzaba el río de orilla a orilla. Cuentan que aquel viejo marinero buscaba un troza de cielo donde quedarse a vivir. Dicen que al ver tanta maravilla entre Triana y Sevilla, no supo cual elegir.
Trina tiene una virgen que es morena, Sevilla la macarena que siempre vivió en salir. Giralda tan guapa como su hermana que es la iglesia de santa Ana y está cerquita de aquí. Gran Poder cachorro mío, hermandades del Rocío, y su forma de sentir. Pienso y oígo un prendo al marinero que entre Sevilla y Triana, no supo cual elegir.
Cuentan que con su barca hablaba sola mientras pensaba. Dicen que así buscaba de qué manera podía huntarlas. Cuentan que el viejo marinero le dió brasos a los cielos y adornó el Guadalquivir. Dijo que ya todo lo tenía y que si aquí se moría que esa muerte era vivir.