Un caballo pasó por su cuenca minera, borracha y dinamitera tiñendo de marrón la roja sangre, de su puro corazón y hoy te dedico este canto, casi entre dolor y llanto, a la gente que cayó. A mis veinticuatro primaveras, mucho viajé por el mundo y si el comparar no es justo, diré que no hay comparación pues no hay mejor sensación, que respirar bien profundo cuando pases el negrón. Contemplar sus verdes prados, resguardarme en sus tejados de su orbayu agotador y hacer caso a don pelayo, luchando con pundonor pues mientras nos queden piedras, lo que nos sobra es valor. Porque asturias es mi patria y sincera su bandera covadonga, la santina más bonita de la tierra.
He bajado en piragua el descenso del sella, donde encontré una botella y al abrir el tapón salió un mensaje, escrito en negro carbón era el mapa de un tesoro, justo encima había un mar justo abajo había un león. Y no es por tirarnos flores, señoritas ni señores pero to buen asturiano, no sabe de rendición pues tenemos los cojones, de un tamaño que va acorde al de nuestro corazón. Contemplar sus verdes prados, resguardarme en sus tejados de su orbayu agotador y hacer caso a don pelayo, luchando con pundonor pues mientras nos queden piedras, lo que nos sobra es valor.
Porque asturias es mi patria y sincera es su bandera covadonga, la santina que en la piel yo tatué. Porque asturias es mi patria y sincera su bandera covadonga, la santina más bonita. De la tierra de los sueños, del trabajador minero si pruebas su manzana, te enganchará su veneno de los golfos como yo, de los cielos como tú el jardín de adán y eva estaba en territorio astur y es que tengo un sentimiento, esos que llevas tan adentro Cuanto más lejos estoy, más asturiano me siento fernando alonso primero, coronado rey del viento cuando se sube en el buga tiene el mismo sentimiento. Por la tierra de los sueños, del trabajador minero si pruebas su manzana, te enganchará su veneno de los golfos como yo, de los cielos como tú EL jardín de Adán y Eva estaba en territorio Astur Y es que tengo un sentimiento, esos que llevas tan adentro