Te tengo tan cerca que no tengo miedo de que nos sorprenda el invierno, dormidos juntos a tu balcón.
Me cuelo por cada uno de tus huecos, hasta donde lleguen mis dedos como tocando una canción.
Y al rozarte noto, que no necesito más que lo que tengo aquí, dormida en el salón, escuchando tu respiración no hay nada mejor, no hay nada mejor que tú.
Cuando hay poco luz, dejando a un lado la preocupación, no hay nada mejor, no hay nada mejor que tú.
Me muero, cuando me visitan los celos, no sé donde estarás ni quiero prefiero retener tu voz.
No llores, mañana te traeré más flores para que un día me perdones, por no saber decirte adiós.
Y al rozarte noto, que no necesito más que lo que tengo aquí, dormida en el salón, escuchando tu respiración no hay nada mejor, no hay nada mejor que tú.
Cuando hay poco luz, dejando a un lado la preocupación, no hay nada mejor, no hay nada mejor que tú.
No hay nada mejor que tú cuando hay poca luz, dejando a un lado la preocupación, no hay nada mejor, no hay nada mejor que tú.