Hoy te esperaré en la esquina iluminada de mi calle, oh! ven no puedo comprender que nunca confesaras tu amor aquella noche eterna. Daba igual.
Hoy te esperará este reducto de marfil y de hueso que soy me hiciste un gran favor oh! nadie ha dado un paso por mí yo era una luz enterrada con puñados de cal.
Y si estoy sólo esta vez, no es casualidad morir por ti sería un lento y bello final y no regresarás a mi corazón morir por ti sería un ambicioso final.
Hoy te esperaré. Dime, dime a mí quién soy, qué soy y en el oscuro soportal señor, mi suerte al fin pudo cambiar ¿pero te extraña que exija de nuevo tu amor? Hoy te esperaré si dime, dime a mí quién soy, qué soy y puedo comprender que nunca confesaras tu error aquella noche enferma. Era normal.