Que suerte la mía tener azul el corazón, color melancolía, ¿No sé quién me lo pintó? Les juro que quisiera a veces no sentir, desconocer el alma y ser vacío tal vez feliz.
Es arma de doble filo la sensibilidad, pero si cierro los ojos, podría tropezar.
(Coro) Y es por eso que ven que subo y luego, vuelvo a bajar, lo que siento me toma tiempo y no, no lo puedo ignorar ya llegará el momento ese tiempo perfecto sin cambiar.
Existen tres sirenas que andan por ahí, dueñas de los poemas que con sangre escribí. Ve y pídeles por mí, te den de la poción que usan para no sentir nada en su corazón
No sé hasta donde sostenga esta fragilidad, de pronto viene y me llena, no lo puedo evitar.
(Coro) Y es por eso que ven que subo y luego, vuelvo a bajar, lo que siento me toma tiempo y no, no lo puedo ignorar ya llegará el momento ese punto perfecto sin cambiar.