No me busques en el Cielo, mira a ver en el Infierno, condenado a fuego eterno. No reces ni un Padrenuestro, dirige tus oraciones a las bestias del Averno. Amargas lágrimas de hiel derramarás en vano, pues sabes bien que volveré para besar tus labios, y llorarás de sol a sol sobre mi tumba para regar las malvas con tu llanto. Regresaré del seno del Señor y volveré a estar junto a ti.
Sin delirio de venganza, el acero me alcanza el corazón. Quiero que sepas, muñeca, que sólo habré muerto por amor. ven para besar mis labios que ahora saben a asticot, entre mis brazos putrefactos perfumarte con mi hedor. Y te susurraré al oído cien poemas con mil voces de ultratumba. Niña, desnúdate, tienta al Diablo. Regresaré del seno del Señor, y volveré a estar junto a ti.
Miles de gusanos se apoderan de mis carnes, enamoradas a ti. Regresaré del seno del Señor y volveré a estar junto a ti. Junto a ti. Junto a ti. Junto a ti.