Ez dut gogoratzen trenez egin genuen lehenengo bidaia. Ez dut gogoratzen zein barkutan zeharkatu genituen izotzezko itsasoak. Ez dut gogoratzen zer gertatu zen Iparralde zabalera heltzean.
Zuk diozunez fabrika ondoko tabernan kantatzen nituen tango zahar finlandiarrak, te poltsatxo bat eramaten nuen poxpolo kaxa batian sartuta, banekien “kanela” hitza esaten finlandieraz.
Eta hau maitasun abesti bat balitz, iraganik gabeko emakumearen abestia litzateke. Marku Peltola izango nuke ondoan begietara begiratuz galdezka noiz eta nola, noiz eta nola, galdu genuen dena
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“No me acuerdo del primer viaje que hicimos en tren. No me acuerdo de las literas estrechas, del vagón comedor, de los zapatos tirados por el suelo, de darnos la mano antes de dormir. No me acuerdo de lo que sucedió cuando llegamos al Gran Norte. Tampoco me acuerdo del barco en el que atravesamos el mar de hielo.
¿Dices que yo antes cantaba en un bar al lado de una fábrica? ¿Que me gustaba caminar descalza sobre las piedras negras de los lagos? ¿Que llevaba siempre una bolsa de té guardada en una caja de cerillas? ¿Que sabía decir “canela” en finlandés?
Pero no me acuerdo. No me acuerdo de nada.
Ayer estuve en la luna. También me he apuntado a un curso de amigurumi y he empezado a dar paseos por el barrio. Estoy escribiendo nuevas canciones y a veces voy a ver películas al cine. Tengo una carpeta con recetas de cocina y los domingos hago pasteles en el horno de mi nueva casa. He comprado tres cactus y he llevado a revelar un carrete que encontré en el cajón de mi mesilla de noche.
Si esto fuera una canción de amor, la llamaría la canción de la mujer sin pasado. Mi canción. Y la cantaría como la estoy cantando ahora.
Todo comienza en un tren: yo tumbada en el vagón litera y Markku Peltola a mi lado, mirándonos a los ojos y tratando de recordar, cuándo y cómo lo perdimos todo”.