Tengo hambre de victoria, pero acepto las derrotas, De ellas brota lo aprendido y dan sentido a esta existencia rota, Acostumbrado a nadar en un mar que hierve, Viendo a otros murmurar y juzgar, creen conocerme, Pero todo es mental, paraíso o cárcel, La vida nos pone en nuestro lugar y el mío es un bafle, Como un pánzer te disparo pensamientos, Como un cáncer revelándote que queda poco tiempo, Sigo siendo un blanco perfecto aún brillo en las aceras, Aunque mi música es negra como las panteras, Tan bella que te olvidas que esta vida es perra, Soy esa estrella que anhela tocar la tierra y caminar, Mi libertad es secreta y mi libreta siempre está incompleta, Porque la mente de un poeta no se queda quieta, Si la meta es divertirme, la vida no es la fiesta Que esperaba y no por ello voy a deprimirme, Qué puedo decirte para que olvides las prisas, Para que cambies esa cara de sicario por una sonrisa, Mi premisa es pisar firme sobre este fango, Y si me hundo dile al mundo que me fui rapeando, Te estoy hablando del saber estar de una “super star”, Que prefiere su cuarto de estar a tu pedestal, Y es tal mi estado mental que el lado del mal Puede más que el lado angelical, ¿cómo controlarlo? Al contarlo me desvisto y si me despisto, Algún listo me quiere crucificar junto a su Cristo, Insisto y gasto fe con mi negocio, hijo de la catástrofe, Astro detectado por tu telescopio, Soy el opio para un pueblo impredecible, La educación crea depresión, reacción irreversible, Como la leucemia, epidemia en las aulas Y en una sociedad que nos enjaula, y es que Nos hablan de paz enseñándonos un arma, Nos dan libertad pero nos dicen cuándo usarla, Harto de tanta charla, de palabras vacías, Harto de esta democracia rancia sin eficacia, Me distancian millas de tu orgullo, fluyo a vida o muerte, Mi murmullo se hizo rap y fue el grito más fuerte, Grito que te advierte que hay dos formas de sufrimiento: El trabajo duro, o el arrepentimiento.
Pensando en voz alta mientras pasan los minutos, La misma imagen del espejo con la que discuto, No sé lo que el mañana traerá, no pienso en ello, Mi estado mental es rap para que muevas el cuello, Pensando en voz alta mientras pasan las horas, Tanto tiempo a solas mientras sonríes y lloras, No sé lo que el mañana traerá, no pienso en ello, Mi estado mental es rap para que muevas el cuello.
Hay rappers que son soldados, hay rappers que son tan vagos, Hay rappers que solo funcionan si toman dos tragos, Los hay que en la música son magos sin más, Como mi hermano Moisés Sánchez, el amo del jazz, Nach es evasión nocturna ante el drama diario, Un hombre de lo más normal haciendo algo extraordinario, Presidiario de mis adicciones, mis contradicciones son: La discusión entre cojones, mente y corazón, Compongo en mi habitación aunque eso ya no es novedad, Meditación como medicación ante esta soledad, Dedicación estricta a aquél que nunca vendió fraudes, A quién aún piensa que hip-hop es “Fight The Power”, Y no chulería vacía, te lías “home boy”, Letras de guardería caen si invoco a Sigmund Freud, Nada comparable, sigo imperturbable, Sacudiendo tu cerebro haciendo que esos perros ladren, Usando el beat para hacer ruido, no lo dicen, Pero todo se reduce, aquellos quieren lo que he conseguido, He sido incesante, caminante entre las sombras, Ahora cualquier chaval que piensa en rap me nombra, ¿Qué tendrá la fama, que todos queréis probarla?, Amarga o dulce, sé que siempre seduce al tragarla, No es farla pero engancha igual y es normal, Que más de una carrera musical hoy esté en fase terminal, Por eso mi principal...