La luz oscura atrapa, mi alma una vez más. Es inútil, ya no quedan hombros en los que llorar. Sabes que se acaba, sabes que es el final. Parece un sueño del que escapas, quizás. El que crees que siempre estará alli, no volverá. Aquel con el que pasaste tantas tardes, ya no está. Ese amigo del alma, enfermo pero alegre. Ese que tiene miedo, pero es el mas valiente. Su corazón es puro, no conoce la maldad. Pero nisiquiera sabes tu, sobre el la verdad. Sabes que te mira y te envidia por tu libertad. La que el no tiene, y solo quiere lograr. Para el su casa no es un hogar, es una cárcel, de la que no puede escapar. En sueños corre, detrás de ese mismo sueño. Que casi alcanza, pero se le escapa entre los dedos. ¿Flor marchita? No, solo quiere florecer. Solo estar a la sombra, en su propio amanecer. Luchar contra eso que le impide ser como los demás. No quiere ser especial, solo uno más. Vive en el filo sin saber si mañana estará vivo. Y aprovecha al máximo, hasta lo más mínimo. Ojala ahora mismo pudiera estar contigo. Es imposible, todos tus petalos, ya han caido.
Tu y yo éramos uno, hacíamos uno entre los dos. Éramos cielo y tierra, queriamos llegar al sol.
Ya no podra ser, los sueños se han acabado y hemos tenido que despertar, demasiado pronto.
Tu y yo éramos uno, hacíamos uno entre los dos. Éramos cielo y tierra, queriamos llegar al sol.
Ya no podra ser, los sueños se han acabado y hemos tenido que despertar, demasiado pronto.
Eras extraño, tu belleza estaba toda por dentro. Daba igual tu enfermedad, me parecías perfecto. Era envidiable tu forma de ver la vida, sin miedo a encontrar demasiado pronto tu salida. Realmente eras único, ¡ESPECIAL!... Para ti existía el dolor, pero no lo transmitiste, jamás. Tu bello recuerdo permanecerá siempre conmigo. Mientras yo viva juro que no caeras en el olvido. Eras la rosa en aquella peli en una urna de cristal. Pero esto era una peli, el final fue triste sin más. Mirabas al resto de niños, jugar desde la calle. Te evadias enseguida a otro mundo, a cualquier parte diferente, y preguntabas, por tu existencia. Así que una vez gritaste que, todo era una mierda. Cuando te marchaste llovió durante tres días, eran las lágrimas del cielo, por saber lo que perdía. Pero tu no lloraste, ni una sola vez. Nada te golpeo tan fuerte como para hacerte perder aquella sonrisa, aquella mirada de esperanza que cargaba de amargura aquella meta tan alta. Creo en Dios solo por pensar, que te volveré a ver. Si hace falta para verte me colaré en el mismo Edén. [Tu voz susurrá aveces entre los vientos]... Como el cielo y la tierra nos juntaremos con el tiempo.
Tu y yo éramos uno, hacíamos uno entre los dos. Éramos cielo y tierra, queriamos llegar al sol.
Ya no podra ser, los sueños se han acabado y hemos tenido que despertar, demasiado pronto.
Tu y yo éramos uno, hacíamos uno entre los dos. Éramos cielo y tierra, queriamos llegar al sol.
Ya no podra ser, los sueños se han acabado y hemos tenido que despertar, demasiado pronto.