Si tu voz se apaga, si te eché de menos hoy, si no cede la nostalgia, la vida vieja sabe que es mejor esperar si te desborda un manantial de sensaciones. Tú solo quisiste parar y ver el mar. La noche escampa y el silencio vuelve a moderar.
Cuando el anhelo de lo que se fue se derrumbó, ya fui capaz de reordenar la habitación y el hueco que hay detrás. Cuando el anhelo de lo que se fue se derrumbó, ya fui capaz de reordenar la habitación y el hueco que hay detrás.
Si la sed te agota, si la duda se afincó, y después de hacer balance nunca pensaste que el dolor te haría sentir que lucharías fuerte hasta desfallecer, tu cuerpo se divide en dos sirviendo al olvido. La vida te sorprende con un porvenir.
Cuando el anhelo de lo que se fue se derrumbó, ya fui capaz de reordenar la habitación y el hueco que hay detrás. Cuando el anhelo de lo que se fue se derrumbó, ya fui capaz de reordenar la habitación y el hueco que hay detrás.
Cuando el anhelo de lo que se fue se derrumbó, ya fui capaz de reordenar la habitación y el hueco que hay detrás.
De reordenar la habitación y el hueco que hay detrás...