Aunque extiendas tu mano no podrás (no podrás) aun alcanzarlo. Nuestros sueños aun yacen mucho (mucho) más allá en la distancia. Hasta las mismas estrellas no somos capaces de alcanzar pero en tiempos de oscuridad siempre pueden brillar.
Hablemos sobre nuestra preciada esperanza como poetas sin nombre con toda (con toda) la pasión (la pasión). Si antes de notarlo tus lagrimas derramaste hablemos sobre el cielo que pronto (que pronto) brillará (brillará) en lugar de lamentarte.
Aunque busques el amor no podrás (no podrás) aún encontrarlo. Desde ahora intentaré amar a alguien (a alguien) a mi propia manera.
En este vasto mundo estoy siendo guiada por mi destino pues esa es la única luz que he podido observar.
Hablemos sobre nuestra preciada esperanza como un viejo marinero; un pensar (un pensar) profundo (profundo). Si algo ha logrado provocarte una herida en lugar de curarte debería (debería) apuntar (apuntar) hacia el sol que se está alzando.
Todas las personas se sienten con más tranquilidad al renunciar pero nuestros sueños nunca nos darían la espalda.
Hablemos sobre nuestra preciada esperanza como poeta sin nombre con toda (con toda) la pasión (la pasión). Si deseas encontrar aquella respuesta debes seguir caminando sin nunca (sin nunca) parar (parar). Hablemos sobre nuestra preciada esperanza como soldado sin nombre hasta que (hasta que) un día (un día) el sueño se haga realidad.