Es una historia que ocurrió En París, año del Señor Mil cuatrocientos ochenta y dos. Es del deseo y del amor,
Cualquier artista anónimo De la escultura o del rimar La intentaremos transcribir a la inmortalidad.
Llegó la era de las catedrales El mundo entró en un milenario más. El hombre vó los mundos estelares Su historia escribió en la piedra o el vitral.
Piedra a piedra, de sol a sol, Siglo tras siglo con amor Vió construir su catedral Con lágrimas y con sudor.
El poeta y el trovador No cantarán sino al amor. Se prometió a la humanidad Un porvenir mejor.
Llegó la era de las catedrales El mundo entró en un milenario más. El hombre vió los mundos estelares Su historia escribió en la piedra o el vitral.
Llegó la era de las catedrales El mundo entró en un milenario más. El hombre vió los mundos estelares Su historia escribió en la piedra o el vitral.
Pasó la era de las catedrales Nos invadirá la barbarie más hostil Quizás se ocupen pueblos y ciudades Se profetizó que este mundo tendrá fin Al entrar en el dos mil.