Ya se va cayendo de las astas nuestra piel. La cosecha fue abundante para los cuervos también. Capa a capa el hielo profundiza en los cadáveres Por los túneles del éter escapamos sin mirar, sin pensar...
Las bestias llevan nuestra carne a rastras. La nueva vida brota en cada planta.
Las cicatrices que nos unieron. Llevas la sangre que a mi me falta. Nacimos juntos de la mano. Fuimos siameses sin ser hermanos.
La perforación certera nos acerca a otro umbral, y no al final. Y renacen aves en el seno de la herida letal, podrida.
Gélida explanada o quizá un cuerpo cálido. Es lo que nunca sabremos si podremos encontrar.