Pronto se va el sol y en la rabia se refleja el olor del cristal. Todo está cubierto por un fino letargo, efímero. Todo está encubierto, y por mucho tiempo nos tocará soportar. Parece estar muerto el sustrato que alimenta al depredador
Todo ese color duele, miedo a fracasar siempre lobo perdedor muerde, esa luz polar vuelve.
Ya quedó muy lejos, y por un momento nos tocó recordar aquellos cimientos que nos mantuvieron unidos. Lágrimas de muérdago agitan en el puerto del interior boreal Solo queda escarcha, más grietas en el hielo, y esperar.