Margo ha vuelto a la ciudad con el tango más amargo. Su cansancio fue tan largo que el cansancio pudo más. Varias noches el ayer se hizo grillo hasta la aurora, pero nunca como ahora tanto y tanto hasta volver. ¡Qué pretende, a dónde va con el tango más amargo? ¡Si ha llorado tanto Margo que dan ganas de llorar!
Ayer pensó que hoy... Y hoy no es posible: La vida puede dar más que la esperanza.
París era oscura, y cantaba su tango feliz sin pensar, pobrecita, que el viejo París se alimenta con el breve fin frutal de una magnolia entre la nieve. Después, otra vez Buenos Aires; y Margo otra vez sin canción y sin fé....
Hoy me hablaron de rodar y yo dije a las alturas: -Margo siempre fue más pura que la luna sobre el mar. Ella tuvo que llorar sin un llanto lo que llora, pero nunca como ahora sin un llanto hasta sangrar... Los amigos ya no están, son el son del tango amargo ¡Si ha llorado tanto Margo que dan ganas de llorar!