El barón Megata, en el año veinte, se tomaba el buque con rumbo a París, y allí, entre los tangos y el \"dolce far niente\", el japonesito se hizo bailarín. Flaco y bien plantado. Pinta milonguera. De empilche a lo duque, aun siendo barón. Bailó con Pizarro, y una primavera empacó los discos y volvió a Japón.
Y así llevó el tango a tierra nipona, donde gratarola lo enseñó a bailar. Cuentan que Megata no cobraba un mango, por amor al tango y por ser bacán.
No sólo enseñaba cortes y quebradas, también daba clases de hombría de bien; junaba de noches y de madrugadas, piloteaba aviones y más de un beguén. Y tal vez ahora, que está aquí presente, mientras una Sony nos pasa \"Chiqué\", alguien, allá en Tokio, elegantemente, baile a lo Megata sin saber quién fue. _________________________ In the year 1920, the Baron Megata embarked en route to Paris, and among tangos and the sweet idleness, the Japanese boy became a dancer. Skinny and genteel, Even thoug he was a Baron, he dressed like a Duke. He danced with Pizarro, and one spring he packed up his records and returned to Japan.
And so he introduced the tango to Nippon land, where he taught to dance it free of charge. It's said that Megata didn't charge a buck, because he loved the tango and because he was a playboy.
He taught to dance the tango, and gave lessons in righteousness as well; he watched in the nights and in the daybreaks, He piloted planes and had more than one flirt. Perhaps now that he's here, while a Sony plays “Chiqué”, someone in Tokyo gracefully dances the Megata Way, without knowing who Megata was.