¿Cómo pedirle a tu rosal que no te brinde rosas? ¿Quién puede acaso silenciar al ave melodiosa? ¿Cómo a la fuente suplicar que no te diga cosas? Eso es pedirle al corazón que dé por muerta la ilusión que alienta en cada palpitar.
¡No! ¡No puede ser lo que me pides! ¡No! ¿Cómo es posible que te olvide? ¿Quién quiere apartarte de mi vida? Adiviné algo extraño en nuestra despedida. Hoy, por tu ventana iluminada vi, que tú llorabas desolada y mi pobre sombra enamorada lloró tu angustia y mi dolor.