Hace tiempo, yo anhelaba encontrar la dicha eterna, siempre, a base de reveses, pude ver la realidad.
Le cantaba a mi tristeza, a mi dolor y a mi muerte, la tristeza en mí vivía, viendo el dolor, a veces, a acompañarme en la búsqueda del camino hacia la muerte.
Pero como ser humano, me contradigo y me opongo al pasado que pasó pasando por veintidós años de penas y dolor.
Y de aquí sale mi canción.
Mi tristeza la sepultaré... y el dolor siempre del brazo de ella irá, nada habrá que me provoque más tristeza... y el dolor siempre del brazo de ella irá.
Y en cuanto a la muerte amada, le diré, si un día la encuentro: Adiós, que de ti no tengo interés en saber nada. Nada...