has de saber, que no todo ha estado bien, que sigo viviendo en los límites del día y que mis sueños rotos me persiguen todavía, que es tan frágil la vida.
que a veces me tengo que voltear a ver y hacer un recuento del dolor acumulado en cada herida, tocar mis ojeras, hundirme en mi melancolía, dejarme de mentir.
dejar de pretender que camino sonriente, en un mundo que así lo exige, el mundo de las lejanías.