Como ciega, no te puedo ver, sin saber lo que tengo que hacer. Como sorda, yo no quiero oír, un adiós para verte partir. Tú marchitas ese espacio que me queda, ya no es el mismo. Tú me llueves, aunque bebes de mis venas todo el abismo.
Cómo viento te escuché llegar, en mi oído escucho tú cantar. Como un niño, me puedes dormir, aturdido y sin poder salir. Tú confundes los horarios, en mi mente ando pérdida. Sólo dejas un silencio permanente adormecido.
Déjame volar, déjame caer.
Como fuego te sentí quemar, mi alma a tiempo la pude apagar. De tu boca me pude escapar, no, aunque a veces me quede amarrada.
Como fuego te sentí quemar, mi alma a tiempo la pude apagar. De tu boca me pude escapar, no, aunque a veces me quede amarrada.
Como fuego te sentí quemar, mi alma a tiempo la pude apagar. De tu boca me pude escapar, no, aunque a veces me quede amarrada.
Como nada te fuiste de aquí, como todo tú quedaste en mí. Sólo dejan ganas de gritar, si es que quedan lágrimas para llorar. Tú marchitas ese espacio que me queda, ya no es el mismo. Tú me llueves, aunque bebes de mis venas todo el abismo.
Cómo viento te escuché llegar, en mi oído escucho tú cantar. Como un niño, me puedes dormir, aturdido y sin poder salir. Tú confundes los horarios, en mi mente ando pérdida. Sólo dejas un silencio permanente adormecido.
Déjame volar, déjame caer.
Como fuego te sentí quemar, mi alma a tiempo la pude apagar. De tu boca me pude escapar, no, aunque a veces me quede amarrada.
Como fuego te sentí quemar, mi alma a tiempo la pude apagar. De tu boca me pude escapar, no, aunque a veces me quede amarrada.
Como fuego te sentí quemar, mi alma a tiempo la pude apagar. De tu boca me pude escapar, no, aunque a veces me quede amarrada.
Como fuego te sentí quemar, mi alma a tiempo la pude apagar. De tu boca me pude escapar, no, aunque a veces me quede amarrada.
Como fuego te sentí quemar, mi alma a tiempo la pude apagar. De tu boca me pude escapar, no, aunque a veces me quede amarrada.