Como la sombra de la sombra Hacia la selva se adentró. Días enteros camino Con el fusil y la razón.
Entre las lianas reposó, Sobre las víboras cruzó, De clara pólvora vistió Y a los pastores desplegó Buscando fuerzas para hallar La libertad agonizante
Y así fue que un día cayó En la sierra El claro Comandante.
Su nombre ardió como un pajar Y la ceniza se esparció. Un viento fiero la tomó, Por los caminos la llevó.
Y en cada sitio de la tierra Donde por él veló un pastor, Donde un obrero lo leyó Y un estudiante lo escuchó Y un campesino lo siguió Creció el silencio ante su nombre. Y así es que vuelve a combatir El Che en la lucha de los hombres.
El es tal vez un muerto más Pero su rayo relumbró Cuando la ráfaga cortó Su sangre en dos partes iguales.
El mes de octubre se trizó Como un volcán o un vidrio azul, La inquieta América escondió Su fría furia de metal, Y de la sierra al litoral Abrió el dolor su flor amarga. Y era un asombro su final Y es la batalla que se alarga.
¡Pastor de la sierra: iré! ¡Iré, Comandante, iré! ¡Hasta la victoria, iré!