Sólo quisiera ser tu café, tu cuchara, tu plato, el mantel, tu albornoz, tu loción de afeitar para permanecer más cerquita de ti, pegadita a tu piel, sin que lo puedas notar…
Y bucear en el agua que puedas beber, quiero ser tu sombrero, tu percha, tu tarro de sal del que puedas coger una pizca de mí cuando tu quieras. Me convertiré en tu cinturón para agarrarme bien…
¡Oh! Y tantas vueltas para decir, para explicar. Tantas, tantas vueltas cuando no estás, y cuando estás, soy felíz.