Por tus llagas fuimos sanados, nuestros pecados fueron borrados. Y aquel día que yo me entregué nunca lo olvidaré. Por tus llagas fuimos sanados, nuestros pecados fueron borrados. Y aquel día que yo me entregué nunca lo olvidaré.
En el bajo mundo yo vivía y cada día más las drogas yo quería, fumaba, tequiaba, y nunca pensaba que desde arriba mi Dios me miraba. Seguía en la misma porquería cada día, iba a la iglesia aunque yo no quería. Mi vida ya era una locura, pensaba que la droga sería mi forma de cura. Los meses pasaban, seguía en lo mismo, hasta que un día yo caí en el piso. Allí yo supe que mi vida se acababa, pero escuché una voz que me hablaba: "Levántate, hijo mío, yo te amo, mucho tiempo yo te estaba esperando. Yo di mi vida por ti en la cruz, pa' sacarte de ese infierno y darte de mi luz."
Por tus llagas fuimos sanados, nuestros pecados fueron borrados. Y aquel día que yo me entregué nunca lo olvidaré. Por tus llagas fuimos sanados, nuestros pecados fueron borrados. Y aquel día que yo me entregué nunca lo olvidaré.
Cuando estaba enfermo tú me sanaste, de esa vida loca tú me rescataste, mis pecados fueron borrados por la sangre de tu hijo que fue derramado. Por tus llagas fuimos sanados, por eso, Señor, yo te alabo. No hay nada mejor en este mundo que sentir tu amor tan profundo. Cuando estaba enfermo tú me sanaste, de esa vida loca tú me rescataste, mis pecados fueron borrados por la sangre de tu hijo que fue derramado. Por tus llagas fuimos sanados, por eso, Señor, yo te alabo. No hay nada mejor en este mundo que sentir tu amor tan profundo.
Por tus llagas fuimos sanados, nuestros pecados fueron borrados. Y aquel día que yo me entregué nunca lo olvidaré. Por tus llagas fuimos sanados, nuestros pecados fueron borrados. Y aquel día que yo me entregué nunca lo olvidaré.