¿Ves? He tratado inútilmente de alejarme y olvidar... Hoy que hay arrugas en mi frente siento más la soledad... Tal vez, al notarme avejentado, pensarás que vengo a verte porque estoy desesperado... ¡No! Ya los años me enseñaron a templar mi corazón...
No he venido a suplicarte ni un poquito de cariño ni a que expliques tu silencio, tus mentiras o tu olvido... No es posible, vieja amiga, nuestras vidas acercar... Solo vine para verte, para verte, nada más...
Ya poco falta para irme con mi cruz a otro rincón... Sé que al dejarte voy a hundirme en la desesperación. ¿Será la emoción de mi partida, que quisiera darte un beso aunque deje en él mi vida? ¡Es que tus lágrimas me invitan a besarte y a llorar!
No he venido a suplicarte ni un poquito de cariño ni a que expliques tu silencio, tus mentiras o tu olvido... No es posible, vieja amiga, nuestras vidas acercar... Ya me voy... y aquí te dejo toda mi felicidad...