. Picasso adolescente1: el primer amor «Arte y sexualidad son la misma cosa» La relación de Pablo con el erotismo y la sexualidad se hizo más intensa a partir de su adolescencia. A los 12 años, vio por primera vez el cuerpo desnudo de una mujer en la playa de Riazor, en La Coruña, y pronto comenzó a dibujar escenas eróticas en sus libretas. En sus cuadernos de clase escribió el nombre de su primer amor, una adolescente llamada Ángeles. Así comenzó un ritual que Picasso mantuvo durante toda su vida: incluir el nombre de la mujer amada en sus obras. Pero el romance entre Pablo y Ángeles terminó cuando los padres de la chica lo descubrieron. Los separaron inmediatamente. Pablo no tenía ningún futuro, pensaban. Desde su despertar amoroso y sexual, Pablo convirtió a las mujeres en sus modelos y en las protagonistas absolutas de todas sus etapas creativas. Cuando el crítico de arte Jean Leymarie le preguntó a Picasso por la relación entre el arte y la sexualidad, el pintor respondió: «Son la misma cosa». Desde 1895 hasta 1897, Picasso estudió en Barcelona. Poco a poco se fue alejando del academicismo para descubrir su propio estilo. En otoño de 1897 viajó a Madrid y estudió en profundidad el Museo del Prado. Se quedó fascinado por Velázquez I. Brigitte Léal cuenta que Picasso le escribió a un amigo: «Velázquez, de primera 2; de El GrecoII, unas cabezas magníficas; MurilloIII no me convence en todos sus cuadros3…». Ese otoño enfermó en Madrid de escarlatina4 y volvió a Barcelona. Su amigo Manuel Pallarès lo invitó a recuperarse en su pueblo, Horta de Ebro, una pequeña aldea5 en Tarragona. Picasso pasó allí ocho meses muy felices. Participaba en las tareas del campo y aprendía de los artesanos6. «Todo cuanto sé7 lo aprendí en el pueblo de Pallarès», dijo años más tarde. Pallarès fue también su compañero en Barcelona, y con él descubrió la vida bohemia y los burdeles8 de esta ciudad, que pintó en sus primeras obras. Picasso, Barcelona y el modernismo En torno a 1900, Barcelona era una ciudad modernista, inspirada por las vanguardias de Europa. Picasso y sus amigos iban a menudo a un café llamado Els Quatre Gats, que pronto se convirtió en el lugar de referencia del modernismo catalán. Ricard CanalsIV, Isidro Nonell, Ramon CasasV o Santiago RusiñolVI son algunos de los artistas que iban con frecuencia a este café. Allí, contaban a los demás las experiencias que habían vivido en París, donde habían expuesto9 al lado de Toulouse-Lautrec y Gauguin. La primera exposición individual de Picasso se celebró en este emblemático local, y en ella conoció a dos de sus mejores amigos: Carles Casagemas y Jaime Sabartés. Sabartés se convirtió en su secretario y no se separó de él durante los años siguientes. El estilo de Picasso inundó10 el local: diseñó las cartas del menú y retrató con grandes trazos11 de vivos colores a los clientes del café. En aquella época, Pablo tomó el apellido de su madre. Como le explicó más tarde a Brassaï: «Mis amigos me llamaban ya así. El apellido que se tiene o que se adopta posee su importancia. ¿Me imagina usted llamándome Ruiz? ¿Pablo Ruiz, Diego-José Ruiz o Juan Nepomuceno Ruiz? Tengo no sé cuántos nombres de pila12». Picasso viajó por primera vez a París con 19 años, en octubre de 1900, y la ciudad lo deslumbró13. Con su inseparable amigo Casagemas visitó la Exposición Universal, donde Pablo exponía su obra Últimos momentos. En esa época, la influencia de Toulouse-Lautrec se ve en cuadros como Pierrot y Colombina, Muchacha en su tocador o French Cancan, que pintó en París ese mismo año. La vida nocturna de los cabarés y el ambiente del circo formaban parte del mundo imaginario de Picasso, que absorbía14 como una esponja15 todo lo que veía. Mujeres, niñas, damas de la alta sociedad, bailarinas y prostitutas se convirtieron en sus modelos. Pablo retrató también en sus cuadernos la sociedad parisina y las calles del barrio bohemio de Montmartre. Dos marchantes16, Berthe Weill y Pere Manyac, se interesaron por sus trabajos. Picasso volvió a París al año siguiente para participar en una exposición que Manyac organizó en la famosa galería de Ambroise. Los críticos de arte comenzaron a escribir sobre él. Su trabajo empezaba a dar resultados. En ese momento, Picasso tenía 20 años y pintó uno de sus autorretratos más famosos. En él se ve al artista con un gesto de confianza absoluta. Su estilo recuerda a Van Gogh. Ese mismo año, su amigo y compañero de correrías17 Carles Casagemas, que había pasado la Navidad en su casa de Málaga el año anterior, se suicidó18 con un disparo19 después de intentar asesinar a su amante. A partir de ese momento, Picasso abandonó los colores vivos y tiñó 20 todos sus cuadros de azul. Picasso pintó entonces el famoso Entierro de Casagemas, que recuerda al cuadro de El Greco El entierro del conde OrgazVII. Al igual que El Greco, Picasso dividió el cuadro en un plano superior, el cielo, y un plano inferior, la tierra; pero en su cielo no pintó ángeles, como El Greco, sino prostitutas. En esos momentos, Picasso pasó por una etapa de rechazo21 hacia las mujeres y solo retrataba prostitutas. «Me puse a22 pintar en azul al pensar en la muerte de Casagemas», dijo Picasso al final de su vida, según explica Brigitte Léal. La tristeza y la melancolía inundaron sus lienzos23, llenos de mujeres pensativas con aspecto decadente y de arlequines24 de circo con gesto serio. En medio de este ambiente triste, ese año fue muy duro para el pintor: pasó hambre, frío y necesidades económicas. «¡Yo he pasado en mi vida más frío que otros muchos!», dijo en una ocasión. «En Barcelona quemaba25 mis dibujos para entrar en calor26. ¡Qué frío pasé en Madrid! Y en BateauLavoir. Era un horno en verano y una nevera en invierno. El agua se helaba27»