Bien abrigado llegaba al colegio, 1960 hace poco tiempo. Formados frente a una cruz y a ciertos retratos ente bostezo y bostezo, gloriosos himnos pesados. Despertamos en pupitres de dos en dos, aún recuerdo el estrecho bigote de Don Ramón, y la estufa de carbón frente al profesor, la dichosa estufa que no calienta ni a Dios.
Suena el timbre, ¡Al fín! bocadillo, recreo, ¡Qué pasión! Una tortura más, antes del juego, la leche en polvo y el queso americano.
Sales tú y el gordo después, te cambio los cromos, te juego al tacón. Sabes tú, la ligo yo, apuremos el tiempo que ya nos meten dentro.
Yeahh...
Dos horas de catecismo y en Mayo la comunión. La letra con sangre entra, otro capón, tarea para mañana y puesto el abrigo, otra copla a los del cuadro y hasta mañana Don Ramón. Y ahora tú, qué pensarás, si cuando más me oprimian, más amé la libertad y es a tí a quién canto hoy, enseña a tu hijo, oooohhhhh enseña a tu hijo a amar, la libertad.