Con los amigos que el oro me produjo, pasaba con afán las horas yo— y de mi bolsa, el poderoso influjo, todos gozaban de esplendente lujo… pero mi madre, no.
¡Pobre madre! Yo de ella me olvidaba cuando en brazos del vicio me dormí un inmenso cortejo me rodeaba yo a nadie mi afecto le faltaba… pero a mi madre, si.
Hoy moribundo, en lágrimas deshecho exclamo con dolor, “¡todo acabó!” al ver que gime mi angustiado pecho todos se alejan de mi pobre lecho pero mi madre, ¡no!
Y cerca ya del último suspiro todos se alejan, por mi mal de mí— la vista en torno de mi lecho giro en mi triste derredor a nadie miro pero a mi madre, ¡si!
Hoy moribundo, en lágrimas deshecho exclamo con dolor, “¡todo acabó!” al ver que gime mi angustiado pecho todos se alejan de mi pobre lecho pero mi madre, ¡no!