Drama real es este que en verso rememoro al oír los compases de la Marcha Nupcial, mientras Cupido llora sobre un bolsón de oro, un alma ve esfumarse su fe sentimental. Ensueños ahogados en torpe ambición, ¡Triunfo del oro sobre el corazón!
Te vi salir del templo con tu flamante esposo, envuelta en los acordes de la Marcha Nupcial. Un resplandor de dicha te iluminaba el rostro, el porte de una reina lucías al andar... En mi rededor, las gentes comentaban tu belleza. Yo sentía mi herido pecho estremecerse de emoción... Me daba vueltas la cabeza. ¡Y era la angustia del corazón!
¡Dulce tiempo que estás en la distancia! ¡Cuántos juramentos! ¡Cuántas ilusiones! Tus palabras, tus risas, tu fragancia. ¡Castillos de esperanza barridos por el viento! Yo era pobre... soñador.. ebrio de luna... (No pude ofrecerte mas bien que mi ternura) Vos echaste a una balanza tu hermosura y el dinero de otro pesó más.
En lágrimas secretas se ahogan mis reproches, oyendo el homenaje de la Marcha Nupcial... Miré partir tu coche que se perdió en la noche... y huí con mi doliente... profunda soledad... El eco de la marcha se adentró hasta lo más hondo sonó con ritmo de responso... sobre el cadáver de mi corazón.