He conocido el crimen una mañana, color tiene mi pena de sangre humana. Sólo nubes y flor lo presenciaron. Julián Grimau, hermano, te asesinaron, te asesinaron.
Ya no late en la tierra ni un pensamiento que no lleve esta pena dentro del cuerpo. Del dolor de mi pueblo nace mi canto, cuerdas de mi guitarra, sois compañeras de nuestro llanto.
Malditos los que dicen de la venganza mientras mueren los pueblos por la esperanza. Silencio de mi tierra, ¡qué amargo suenas! Las piedras del camino hoy sangre llevan, hoy sangre llevan.
Nacerá el trigo joven entrevesado, las razones de nuevo pisoteadas. Pero a pesar de todo yo sé que un día tú estarás con nosotros como querías, como querías.