(Rolando Alarcón) A la una me levanto, a las dos te ando buscando, a las tres de la mañana cuatro gallos van cantando. A las cinco doy un brinco, a las seis subo a una lancha, a las siete vas a misa a rezar ocho alabanzas.
A las nueve vas al agua, diez suspiros tú darás por las once cartas mías que a las doce encontrarás. Trece fueron mis hermanos, catorce vecinos míos, quince chuicos nos tomamos para un dieciséis de julio.
Diecisiete policías buscan dieciocho ladrones que en el parque un diecinueve robaron veinte tablones. Veintiún días los tuvieron en veintidós calabozos, veintitrés palos les dieron los veinticuatro velorios.
Veinticinco regimientos pelearon un veintiséis, veintisiete generales, veintiocho muertos por ley, un veintinueve firmaron treinta hojas de papel. Treinta y un pactos hicieron, los treinta y dos al revés.