Campos regados por sangre, y el invierno tiene frio. A lo lejos veo un puño en alto, contento con coraje y valor. Aquí estamos, compañeros, la luna iluminara los ojos llorosos, por un compañero muerto mientras cae, con vista al frente y mirada de orgullo, saludando a la muerte. que ha venido a buscarle.
La muerte acecha, señalando, con el dedo de plomo, un cuerpo en el suelo, en la mano un fusil, mientras con la otra acaricio, con los dedos la victoria.
Solo me lamento ante la rabia y el dolor, grito con fuerza: Coraje y valor, no hay rendicion, y rendición.
Os debemos nuestra obligación, de no perder lo que habéis ganado, con vuestra fuerza, sangre y sudor, manteniendo siempre en vivo la llama, de la resistencia popular, aunque pasen los años, las heridas no cicatrizan, y es que sin memoria no hay futuro.
Las heridas permanecen abiertas, y la memoria aun más viva, las balas nunca pudieron matar, vuestra solidaridad, nosotros somos orgullo, porque vosotros fuisteis valor,