Camino de la vida, serpiente de fortuna. Déjame tu mano que le lea el futuro. Confia en las islas del destino. ¡Sí! Desfía de las olas del orgullo. ¡No! Déjame tu palma que te heche la ventura Rayos y tormentas, truenos y centellas. ¡Dadme fuerza tremendosa que lo mío sea mucho Rayos y tormentas, truenos y centellas. ¡Dadme fuerza espantosa con los humos poderosos!
Sana, sanita, colita de rana, Si no sanas hoy, sanarás mañana.
No te pierdas, no te pierdas, Por las piedras del camino, no te pierdas, Dando vueltas por el mundo. Tropezando con las piedras del camino.
Las estrellas de la suerte, las ramillas de la muerte, Déjame tu mano que te lea el futuro. Confía en la rueda de la magia. ¡Sí! Desfía de la bruja. ¡Realidad! Déjame tu vida que la junte a la mía. Déjame tu vida que la junte a la mía.
Adas, hechiceros de los siete mundos. Dadme fuerza tremendosa que lo mío sea mucho. Adas, hechiceros de los siete mundos. ¡Dadme fuerza espantosa, con los humos poderosos!
¡Óyeme! ¡Óyeme! Cada hombre sigue su camino. Cada hombre sigue su destino. Poco a poco el pájaro construye el nido. Y el mono sabio, yo te le digo, bien conoce el mundo. Al viento enfurecido, no sé lo para con la mano. El agua se mete por cualquier agujero. El fuego no se apaga soplando con la boca. La tierra madre es para los 10 000 seres.
Adas, hechiceros de los siete mundos. Dadme fuerza tremendosa que lo mío sea mucho. Que lo mío, que lo tuyo, que lo nuestro sea mucho. ¡Dadme fuerza espantosa, con los humos poderosos!