Mía, solamente mía, mientras se calma el mar y me pierdo solo, navegando injustamente. Sólo mía, ahora que de tí ya no me queda nada, mía...
Fría, otra noche fría, para ella fui como una lluvia en primavera, me olvidó sin más. Aún la siento mía como el aire, como la brisa suave de su boca al rozarme, mía...
Qué pena que no tengas alma, que por dentro ni te duela, que sólo creas que me invento el daño pa' tenerte. Si me falta el aire, si tu amor fue mi veneno para condenarme. Déjame olvidarte así, con este miedo, con tu silencio atado a este alma. Déjame olvidarte lentamente, sin que muera la agonía.
Tú déjame, que el tiempo sea quien me cure las heridas de las noches frías sin tenerte, de sentirte como el aire, mía. Déjame olvidar.
Mía, solamente mía, aunque en tí me pierdo como se pierde el sol en la distancia cada día. Soltaré cada recuerdo aún siendo mía como el viento, como su risa y el aroma de su cuerpo, mía...
Y qué pena que me dejes solo y que por dentro ni te duela. Que todo sea un juego haciendo daño hasta olvidarte, y a mi me falta el aire si tu amor fue mi veneno para condenarme.
Déjame olvidarte así, con este miedo, con tu silencio atado a este alma. Déjame olvidarte lentamente, sin que muera la agonía.
Tú déjame, que el tiempo sea quien me cure las heridas de las noches frías sin tenerte, de sentirte como el aire, mía. Déjame olvidar.